LIBERTAD
Libertad. Tres sílabas
que pocos comprenden. Implica autoridad y, a su vez, permisividad. Libertad es
eso que te apetece, que hueles, que sientes. La libertad es el medio para
conseguir la felicidad. La libertad viene con todo: resuelta (pero no pospuesta).
La libertad se encuentra en cada detalle, ahí, en lo más mínimo, como en lo más
apoteósico. La libertad está justo allí, frente a ti; y quien te la roba no es
un ladrón, sino un perdedor.
El principito aseveró que
“Lo esencial es invisible para los ojos”; ahora bien, lee detenidamente esa
frase, estúdiala semánticamente y comprenderás el significado de la libertad. Ningún
prisionero —ni siquiera de amor— puede estar feliz con no ser libre, puesto que
la libertad no se lucha, se tiene.
Aquí, allá, donde tú
quieras, somos libres por naturaleza.
Filósofos lo predijeron, dioses lo creyeron, nosotros a sangre viva procedemos.
Nadie está por encima de nadie, excepto la libertad: es el norte de una
embarcación con una tripulación que tiene como aspiración la autodeterminación.
Si sueñas con la
libertad, quizá no la tengas, y eso no puede ser así; pero quizá la libertad es
tu aderezo si vives tu sueño. No te lo pienses dos veces, quien te quiere
reprimir es porque carencia de libertad tiene, y no tiene más remedio que
ahogar sus penas con quien cree que todo lo puede; mientras que él, reprimiendo,
nada lo sostiene. Decide de una buena vez ya, decide estar donde quieres estar,
decide ser tú dondequiera, como puedas y cuando sea; o decide, simple y
lastimosamente, mantenerte al margen, limitarte y doblegarte... a la vergüenza
de la dependencia.
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Ilustración de M.K |
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